Barcelona anunció ayer que elevará a la ponencia del nomenclátor el nombre de Salvador Dalí. El ayuntamiento inició así los trámites para dedicar una calle al genio del surrealismo, que falleció en 1989. Esto es precisamente lo que falla: ningún gobierno municipal anterior, tampoco el actual, había pensado hasta ahora en honrar la memoria de uno de los artistas catalanes con más proyección global. Ha tenido que ser Ciudadanos quien presentara la propuesta, que el teniente de alcalde de Cultura, Joan Subirats, aceptó.