El vicepresidente primero del Parlament y diputado de JxCat, Josep Costa, es un especialista en soltar lindezas. La última de sus necedades ha consistido en exigir dimisiones por la chapuza del decreto del Govern de suspensión de las elecciones autonómicas del 14F, que ha sido tumbado cautelarmente por la justiica.

Se trata de un dardo más en la batalla que JxCat mantiene con ERC. Lo insólito del caso es que el correligionario de Puigdemont se haya puesto tan bravo con un ejecutivo del que su propio partido forma parte. Tal vez, Costa debería dar ejemplo y ser el primero en dimitir. No cabe duda de que la política catalana saldría muy beneficiada.