El secretario general de UGT de Cataluña, Camil Ros, ha marcado distancias con la politización del sindicato durante el congreso catalán que tiene lugar en Barcelona. El dirigente sindical ha lanzado un mensaje claro a los afiliados: hay que dejar a un lado el procés y centrarse en la defensa de los derechos de los trabajadores.

El giro de Ros, aunque llega con retraso, es bienvenido. La federación catalana de la organización, que estos días reelige a su cúpula, deberá enfrentarse durante los próximos años a las secuelas económicas del Covid-19. Priorizar la agenda social por encima de la política es clave para encarar con éxito un horizonte complicado. Hubiera estado bien que su desmarque hubiera llegado un poco antes del congreso.