El mensaje que ha lanzado el director general de Salut para dejar claro que los catalanes sí podrán celebrar la Navidad con sus familias (de forma reducida) a pesar de prolongar las medidas más estrictas del plan para frenar el coronavirus se agradece. Brinda algo de tranquilidad en el enésimo caos que ha generado el Govern con la gestión de la pandemia.
El diseño de la desescalada ya estuvo envuelto en polémica por los constantes globos sonda que se lanzaban desde la Generalitat, lo mismo que ha ocurrido con el frenazo al proceso de apertura. La ciudadanía ha sido testigo incluso de las desautorizaciones mutuas entre Presidencia y Salut con declaraciones públicas como mínimo poco oportunas. No es el mejor contexto para dar credibilidad y certidumbre, dos atributos básicos en el escenario actual. Argimon se debería emplear más en ello porque, por ahora, se mantiene como la voz más fiable del Govern.