El mayor de los Mossos d’Esquadra Josep Lluís Trapero ha acabado con los rumores surgidos desde que consiguió la absolución judicial. Regresa al frente del cuerpo de seguridad catalana y abre una segunda etapa. Es una persona más querida dentro que fuera de la institución y esta cuestión no debe cambiar. A lo que sí está obligado es a modular sus formas. No puede volver a cometer errores como el de dejarse ver con uniforme en el palco del Barça o ponerse chulo en ruedas de prensa porque no le gusta una pregunta o una solicitud de los medios.
Trapero estará más fiscalizado que nunca en su nueva etapa. Lo que ganó en los tribunales, su independencia profesional, no puede quedar de nuevo en entredicho.