La tertuliana Pilar Rahola está acostumbrada a pontificar desde el púlpito que le ofrece TV3 --unas cuatro horas al mes, muy bien remuneradas-- sin que casi nadie se atreva a contradecir los dogmas de fe que lanza a diestro y siniestro. Pero este sábado, la youtuber se encontró con la horma de su zapato.
El líder del PP catalán, Alejandro Fernández, la dejó en evidencia. Tras menospreciar los argumentos del político constitucionalista por los malos resultados electorales cosechados por su partido en Cataluña, este le respondió que, aún así, estos son "infinitamente superiores" a los que ella obtuvo cuando se presentó con el Partit per la Independència en 1999, lo que no le impide dar "lecciones" en la televisión pública cada semana. Un repaso en toda regla que Rahola tardará en olvidar.