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Aunque el primo más conocido es Oscar Pierre, el artífice de Glovo, Carlos Pierre también es emprendedor y creó la startup Badi a sus 25 años. Ahora, un lustro después, aspira a convertirse algún día en un unicornio --con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares--. Sin embargo, hasta este 2020 el negocio de Badi no ha comenzado a monetizarse y la crisis del Covid-19 ha hecho mella en su sector, el inmobiliario. No parece que el objetivo se vaya a cumplir a corto plazo.