Jaume Collboni pierde oportunidades. El primer teniente de alcalde era visto como uno de los miembros más válidos del actual gobierno municipal de Barcelona. Pero los empresarios lo tienen claro: o muestra sus discrepancias con la alcaldesa Colau, en proyectos como el de movilidad, o su silencio indica que está de acuerdo. O, lo que es peor, si efectivamente muestra su desacuerdo con algunas iniciativas de los comunes implicaría que es incapaz de influir en el seno del consistorio.
La conexión con el entramado empresarial la tiene, pero la decepción comienza a ser una realidad. Collboni debe ejercer en el consistorio la influencia que se le supone.