Debut no del todo afortunado el de Miquel Sàmper en el Parlament. El nuevo consejero de Interior quitó importancia al fenómeno de la okupación pues, a su juicio, despierta demasiado alarmismo. Lo hay, pues durante todos este verano se han producido incidentes, problemas de convivencia y desalojos por parte de los Mossos d'Esquadra. Los mismos que él dirige y que ayer intervinieron en otro caso de allanamiento, en este caso en el distrito de Sants.
Y aunque acertó en reclamar instrumentos legales que agilicen los desalojos policiales, como se hace en otros países, se enredó con la distinción entre la invasión de domicilios particulares y pisos de grandes tenedores.