Algunos cargos públicos acaban obedeciendo sin rechistar las órdenes políticas. Es el caso de la presidenta en funciones de la CCMA, Núria Llorach, que pretendió este lunes echar al director de Catalunya Ràdio, Saül Gordillo, con el argumento de que él era el responsable de la marcha de la periodista Mònica Terribas al frente de El Matí de Catalunya Ràdio. Llorach, con el mandato caducado, buscó una mayoría imposible, con la idea de que la persona propuesta por ERC, Rita Marzoa, puediera votar a favor del cese de Gordillo. Con sus decisiones, Llorach ha constatado la guerra abierta en el seno del independentismo y la degradación a la que han sometido a los medios de comunicación públicos de la Generalitat.