El brote de coronavirus en el Real Club de Polo de Barcelona no es culpa de la institución deportiva, huelga decir. No se puede culpar al equipamiento de las élites catalanas de encajar una cadena de casos del virus, 12 hasta el día de ayer, cuando toda España está en alerta por la posible vuelta de la pandemia.

El club que dirige Curro Espinós de Pascual, no obstante, podría haber tomado medidas más drásticas. Con 12 casos confirmados, se habrían impuesto medidas más contundentes, quizá el cierre e higienización de las instalaciones, pese a las repercusiones económicas que ello puede tener. La salud de los socios está en juego.