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El presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, lidia con un conflicto abierto en uno de los barrios nobles de Barcelona. El prelado ha demostrado poca cintura en gestionar el proyecto de tanatorio de Sant Gervasi, que ha puesto a todo el barrio en contra.
Se impone transparencia y diálogo para una inversión que, de producirse, beneficiaría a la Iglesia de forma exclusiva, algo que los vecinos rechazan. Omella debería tener a bien explorar sus habilidades de mediador y aclarar si hay proyecto y, si existe, cómo y en qué condiciones se desarrollará.