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La decisión del Ayuntamiento de Barcelona de reabrir el servicio de Bicing pretende facilitar los desplazamientos a aquellos que tienen que trabajar a pesar del estado de alarma. Sin embargo, también genera muchas dudas.
Las medidas de protección recomendadas para reducir el riesgo de contagio por coronavirus (limpiarse las manos antes y después de cada trayecto, usar mascarillas y guantes desechables y mantener dos metros de distancia con otros ciclistas) no parecen muy seguras. Tal vez la concejal de Movilidad, Rosa Alarcón, se ha precipitado.