La deriva radical del presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell, le ha llevado a traspasar todos los límites. "España es paro y muerte, Cataluña vida y futuro", ha sido el último de sus insultos.

Sus palabras han generado indignación incluso en el seno del independentismo, con muestras de arrepentimiento por haber aplaudido su llegada a la presidencia de la otrora reputada institución empresarial pero cada día más desprestigiada. Son las consecuencias de apoyar proyectos liderados por fanáticos. Ahora es demasiado tarde.