La flexibilización de la reclusión asociada al estado de alarma que se aplica a los niños es una medida razonable. Tras más de un mes de encierro, y toda vez que los datos indican que la pandemia empieza a estabilizarse en España, los expertos indican que los menores deben empezar a salir a la calle de forma controlada.

Sin embargo, el Gobierno no parece aclararse. A media tarde, la portavoz, María Jesús Montero, explicó que los niños solo podrían acompañar a los padres cuando estos acudiesen a supermercados, farmacias, bancos o durante los paseos de las mascotas. Unas horas después, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, la rectificó y anunció que, finalmente, los menores de 14 años podrán pasear de forma controlada a partir del domingo. Los miembros del ejecutivo deberían ponerse la pilas para evitar transmitir una imagen de descoordinación que inspira poca confianza entre los ciudadanos.