La deriva ultra de la consejera de Cultura, Mariàngela Vilallonga, empieza a ser preocupante. Lejos de pedir perdón o rectificar sus apelaciones a una supuesta "raza catalana" --que, al menos, ha realizado durante un concurso de sardanas en septiembre pasado y que dejó escrita en un libro--, ha tratado de justificarlas durante una sesión en el Parlament de Cataluña.

En su intervención, la consejera de JxCat se ha limitado a señalar que su referencia es "un arcaísmo" porque "está escrito en el siglo XX", en concreto, en 1986. Vilallonga es la personificación del nacionalismo más rancio que ha gobernado Cataluña durante las últimas décadas.