Es cierto que la organización del Mobile World Congress (MWC) en Barcelona corre a cargo de GSMA y que la responsabilidad de la Fira de Barcelona en la cancelación del congreso del móvil ha sido secundaria.
Sin embargo, tanto la entidad presidida por Pau Relat como las instituciones que componen el consorcio --Generalitat de Cataluña, Ayuntamiento de Barcelona y Cámara de Comercio de Barcelona-- podían haber hecho mucho más para transmitir la confianza necesaria para evitar que las principales empresas participantes hubiesen anulado su asistencia, lo que finalmente ha precipitado la suspensión del evento.