No sabemos qué es peor, que la Generalitat pretenda saltarse a la torera el ordenamiento jurídico español o que su consejero de Acción Exterior, Alfred Bosch, se lleve las manos a la cabeza porque el TSJC veta las embajadas que pretendía abrir en Argentina, México y Túnez. La deslealtad de la Generalitat es doble porque no solo incumple la ley, sino que ignora pronunciamientos como el del Tribunal Constitucional, que consideró "inconstitucional y nulo" el plan de acción exterior que se había trazado desde Palau.
Bosch, que solo lo hace bien cuando se dedica a defender los intereses de Cataluña en el exterior, se suma a la gesticulación para decir que la decisión del TSJC es el peor ataque que ha recibido la autonomía desde la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Fanfarria. Los nombramientos para esas delegaciones completaban la plantilla diplomática catalana hasta 15 embajadores con representación para 39 países.