Artur Mas quiere ejercer de puente entre Carles Puigdemont y el mundo exconvergente. Considera que una abstención en la investidura de Pedro Sánchez sería conveniente para Cataluña y para el propio independentismo, porque podría permitir el inicio de la legislatura. Pero su liderazgo moral en Junts per Catalunya es cuestionado, y Puigdemont le ha vuelto a ganar la partida. En algún momento, Mas deberá asumir cuál es su papel y si sería necesario o no pasar realmente a la reserva.