Las triquiñuelas de TV3 para reducir al mínimo sus obligaciones en materia de inversión en producción europea independiente son impropias de una televisión de su importancia. Excluir las subvenciones que recibe de la Generalitat como ingreso le permite rebajar sustancialmente la cantidad que debe destinar a financiar ese tipo de contenidos, pero deja en muy mal lugar al ente público que preside Núria Llorach.