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El control realizado por el Ministerio de Exteriores a las delegaciones de la Generalitat en el extranjero ha generado ira en el independentismo catalán. Sin embargo, lo grave sería que el departamento dirigido por Josep Borrell no hubiese supervisado las actividades internacionales del ejecutivo autonómico. De hecho, gracias a esa inspección, el Gobierno ha podido constatar que el Govern ha utilizado las delegaciones para promover el secesionismo y denigrar la imagen internacional de España, lo que, sin duda, excede las competencias de la Generalitat.