El veterano periodista barcelonés lleva más de nueve meses tratando de hacerse un hueco en el espacio radiofónico de las mañanas con resultados más que escasos. En la última oleada del EGM ha obtenido 40.000 oyentes, algo semejante a la audiencia de una emisora comarcal.

Es una lástima porque el empeño es meritorio: abrirse camino en un terreno, el del magazine matutino en catalán, donde compiten las estrellas mediáticas de Cataluña: Jordi Basté y Mònica Terribas. Jordi Cuní tiene la suerte de contar con unos jefes comprensivos que, en lugar de actuar como hicieron en su día con Gemma Nierga --de la que prescindieron pese a mantener centenares de miles de oyentes en toda España--, ahora se muestran más pacientes.