En los dos últimos meses, en España se han celebrado cuatro elecciones: generales, locales, autonómicas y europeas. Basta con hacer un leve repaso tras la constitución de los ayuntamientos el sábado pasado y los pactos para los gobiernos territoriales para comprobar cómo Ciudadanos, el partido llamado a ocupar el espacio liberal del panorama político español, ha quedado desdibujado.
¿Cuál será su papel en los próximos cuatro años? ¿De qué ha servido vaciar su cúpula en Cataluña? ¿Qué sentido tenía pactar con Manuel Valls si no lo conocían? A juzgar por el estilo presidencial de Albert Rivera en el gobierno de Cs, sería muy difícil encontrar a otro responsable de la compleja situación en que se encuentra el partido.