El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, sigue jugando con fuego. Ha naturalizado las negociaciones con Vox, pese a la atenta mirada de los liberales europeos, del Grupo Alde, en el que se integra el partido naranja. El primer paso ha sido una negociación a tres, aunque no fuera de forma directa, entre PP, Vox y Ciudadanos, para poder presidir la asamblea de la Comunidad de Madrid. Se precisa que eso no implicará un gobierno autonómico entre los tres, pero el PP lo da por hecho. Rivera ha enojado con ese coqueteo con Vox, por persona indirecta, a través del PP, a Manuel Valls, y se desvía del proyecto inicial de representar un partido reformista liberal y moderno en España.