La destitución de Miquel Esquius como comisario jefe de los Mossos d’Esquadra le ha cogido por sorpresa al propio afectado. Los principales sindicatos avalan su gestión y aseguran que Esquius ha sabido mantener la neutralidad política de la policía autonómica --que él mismo ha reivindicado en su despedida-- durante una etapa complicada. Algo que sospechan que no ocurrirá con su sucesor, Eduard Sallent, conocido por su activismo independentista. Sin embargo, Esquius también deja algunas manchas en su currículum al frente de los Mossos, como el hecho de que no se enterase de la polémica unidad de escoltas para el president Torra que montó el consejero de Interior, Miquel Buch.