El presidente del Grupo Parlamentario de ERC en el Parlament no pudo disimular ayer el malestar que ha causado en las filas de su partido la propuesta del PSC de sustituir a José Montilla por Miquel Iceta como senador en nombre de la cámara autonómica. Sus explicaciones malhumoradas demuestran que, en realidad, el partido de Oriol Junqueras está más pendiente del retrovisor que de un proyecto político propio.
Los republicanos no pueden permitirse el lujo de que el grupo de Carles Puigdemont, la ANC o cualquier otro les acuse de connivencia con España o de entendimiento "con los del 155". El resultado de ese miedo constante a lo que diga el más disparatado de la política catalana y que consiga así más votos es la paralización de ERC: como opción independentista realista y como proyecto de futuro para el país.