ERC empieza a asumir que la estrategia de choque frontal que promueven Puigdemont y los suyos no tiene sentido. La formación liderada por Oriol Junqueras quiere representar al independentismo pragmático y ha dado los primeros pasos en esa dirección. Así lo demuestran los mensajes de sus principales dirigentes en favor del diálogo e, incluso, de facilitar la investidura de Pedro Sánchez tras el 28A. Sin embargo, el pasado de los republicanos hace desconfiar de la supuesta sinceridad de su giro. De hecho, ERC fue corresponsable del adelanto electoral hace apenas unas semanas al negar su apoyo a los presupuestos del Gobierno Sánchez. Y, en los últimos tiempos, se ha demostrado que a ERC le falta coraje para desmarcarse de los disparates de Puigdemont por miedo a ser tildados de traidores.