El exministro de Industria y excalde de Hospitalet de Llobregat durante tantos años vuelve a la política de la mano de otro antiguo socialista, y opta a ocupar un puesto en el Ayuntamiento de Barcelona. Es evidente que tiene todo su derecho a actuar como mejor le parezca, pero no deja de sorprender el camino que ha elegido. Era conocido su distanciamiento del PSC y su descontento probablemente justificado porque se había sentido maltratado tras dejar el ministerio. Que un hombre de tan larga trayectoria política asociada a unas siglas vuelva ahora al ruedo para competir con sus antiguos compañeros de partido necesita una explicación algo más convincente que la que ha dado. El PSC no hace ahora una política distinta de la que hacía cuando él tenía cargos de responsabilidad en el partido, incluida la tibieza con el nacionalismo.
Celestino Corbacho
1 marzo, 2019 00:00Addoor Sticky
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