El Mobile World Congress (MWC) ha abierto sus puertas en Barcelona y todo apunta a que esta edición será un nuevo éxito. Hace solo unas semanas, John Hoffman, consejero delegado de GSMA --la entidad que organiza el evento--, admitió que valoraron llevárselo a otra ciudad a causa de la inestabilidad generada por el procés, pero finalmente decidieron seguir en Barcelona. Sin duda, una decisión acertada. Eso sí, Hoffman, ha tenido que sufrir los numeritos independentistas del presidente de la Generalitat, Quim Torra, que ha maniobrado para esquivar el besamanos del domingo al rey y la fotografía institucional del lunes ante el pabellón de España. No cabe duda de que el mandamás del principal congreso mundial del sector de la telefonía móvil tiene una paciencia infinita. Y sería bueno no abusar de ella.