La deriva radical del presidente de la Generalitat, Quim Torra, no sorprende a nadie. Sus escritos le preceden. Sin embargo, el delirante discurso de este jueves en Eslovenia sobrepasa todas las líneas rojas. Durante una conferencia en el Ayuntamiento de Liubliana, el dirigente nacionalista ha señalado que Cataluña debe avanzar hacia la secesión mediante "la vía eslovena". Tal vez Torra, que se declara un pacifista, ha olvidado que la reivindicada "vía eslovena" hacia la independencia conllevó decenas de muertos en 1991. El presidente autonómico debería ser mucho más cuidadoso con sus declaraciones, especialmente en una época en la que los brotes de violencia en las filas independentistas ya no son una excepción.