La utilización política de la policía por parte de las autoridades es una de las prácticas más antidemocráticas de una sociedad moderna. Y eso es lo que está ocurriendo en los Mossos d’Esquadra. Los responsables de la policía autonómica han olvidado en un cajón los expedientes abiertos contra los agentes que se opusieron a cumplir y hacer cumplir la ley durante la aplicación del 155. La dirección de los Mossos, en cambio, se han apresurado a sancionar a una policía que criticó el activismo independentista de una parte del cuerpo de seguridad. Andreu Martínez debería rectificar de forma inmediata.