El consejero de Acción Exterior de la Generalitat, Ernest Maragall, se va esta semana de viaje para reabrir la delegación del Govern (embajada) en EEUU --cerrada por el 155--, una oficina que cuenta con nueva delegada: Victoria Alsina. La sede estadounidense no será la única que levantará la persiana en próximas fechas, bajo la atenta mirada del Gobierno de Pedro Sánchez, por si tiene que actuar ante alguna ilegalidad.
En nuestro lado del charco, la consejería de Maragall ha colocado en la embajada de Londres a Anna Forn, hija del exconsejero encarcelado por el procés Quim Forn, en calidad de técnico júnior. Aseguran que ha pasado un proceso de selección y cumple con todos los requisitos necesarios. Pero no deja de sorprender que la elegida para una oficina que venderá las bondades del procesismo sea una persona con lazos familiares tan estrechos con uno de los responsables del proceso nacionalista.