Josep Costa es uno de los hombres más fieles a Carles Puigdemont. Pero tiene un cargo, el de vicepresidente del Parlament. Su presión y sus modos respecto al resto de miembros de la Mesa del Parlament, con la voluntad de no suspender a los políticos presos que tienen acta de diputado, como reclama el juez Pablo Llarena, ha provocado una situación de máxima tensión. Los letrados rechazan los acuerdos suscritos, y Esquerra Republicana también se resiste a los designios de los diputados de Junts per Catalunya. En el caso de Costa el consenso parlamentario es claro: abusa de su condición de vicepresidente, y no atiende a razones. Un comportamiento que no se debería esperar de alguien que representa a cientos de miles de ciudadanos, y no únicamente a los que votaron a Junts per Catalunya.
Josep Costa
9 octubre, 2018 00:00Addoor Sticky
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