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El Hospital Universitario de Bellvitge lleva un mes con un descomunal atasco en el servicio de radiografías porque no tiene dinero para reparar uno de los aparatos de radiodiagnóstico. Es inadmisible que un centro sanitario público de este nivel --que atiende a más de un millón de potenciales pacientes al sur de Barcelona-- se encuentre en esta situación, más propia de un país tercermundista. Los sindicatos apuntan a una grave falta de previsión. La directora del hospital, Cristina Capdevila, debería asumir responsabilidades inmediatas ante tal desbarajuste.