Antoni Fernández Teixidó, veterano político, con una trayectoria que le llevó desde el CDS de Adolfo Súarez hasta la dirección de Convergència Democràtica, impulsó Lliures, tras abandonar CDC cuando Artur Mas apostó la deriva independentista, para recuperar un espacio que parecía superado: el catalanismo. Ahora, tras muchos meses de buscar complicidades, con pocos apoyos, ha logrado que todos los actores de ese espacio político se planteen una estrecha colaboración.
El catalanismo se considera superado, y, para muchos, es el causante de la actual situación, porque la línea divisoria con el nacionalismo ha sido demasiado fina. Pero Teixidó tiene claro, y es persistente en eso, que sin ese catalanismo, más a la izquierda o a la derecha, no independentista, que sea fiel al Estado, no habrá una salida política en Cataluña. Más allá de si él encabeza nuevos proyectos, como Lliures, su intento podría tener éxito, junto a socialistas, exdemocristianos y exconvergentes que hayan visto que Mas, Puigdemont y ahora Torra han provocado un callejón sin salida.