Mikhail Fridman, el magnate ruso de origen ucraniano, sigue dando los pasos previstos en la hoja de ruta iniciada hace casi un año para tomar el control de la cadena española de supermercados Dia. Y lo está haciendo con la ayuda inestimable de Goldman Sachs, el banco de inversión estadounidense con el que ha firmado sendos acuerdos para que la factura para esta operación salga lo más barata posible con unas prácticas tan legales como discutibles.
De momento, ha pagado 460 millones por el 15% de la distribuidora, abonará otros 185 por otro 10%, con el que llegará al 25%, y prevé pagar un máximo de 1.500 millones por el 75% restante. Para el éxito de la operación, Goldman se está encargando de controlar el precio de la acción con el préstamo de títulos a los inversores especulativos bajistas. Se trata, en este caso, de que Dia se mantenga en el entorno de los 3 euros, la mitad de lo que cotizaba la distribuidora hace un año.