La síndica de Barcelona ha sido valiente a la hora de denunciar el creciente fenómeno del barraquismo en la ciudad. Los gobernantes municipales, preocupados por las tragedias de los refugiados que tratan de llegar a Europa, parecen mirar hacia otro lado ante el drama que crece aquí mismo, al lado del 22@ y de las obras eternas de Glòries.