El portavoz de Junts per Catalunya se vino arriba ayer en Bruselas. Comenzó su rueda de prensa "guiñando el ojo" a Angela Merkel para felicitarla por su nueva investidura como cancillera alemana.

Por un momento pareció que se refería a un saludo diplomático de Estado a Estado, un escenario irreal y tan ilusorio como el resto de las afirmaciones con las que engañan a sus votantes. De vergüenza ajena.