El consumo de pescado azul, pero en concreto de sardinas, se ha revelado como un buen antídoto para frenar la diabetes tipo dos en las personas mayores. El descubrimiento supone un gran paso para lograr una dieta sana y equilibrada, que además de mejorar el bienestar de las personas reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y la factura de la sanidad pública. Y a ello ha contribuido el investigador Ramon Gomis.