Fira de Barcelona ha mejorado sus resultados anuales en un 25%, lo que refleja, además de la recuperación de la economía, la buena gestión de la institución ferial catalana. La estabilidad y la ausencia de tensiones políticas ha demostrado ser un valor para este organismo de gestión privada, pero de espíritu público en el que están presentadas la Generalitat y el ayuntamiento, junto a la Cámara de Comercio.