Sor Lucía Caram le sirvió de coartada al yerno de los Tous en su periplo como imputado por distintos juzgados. A Corominas le detuvieron por asesinato y durante diez años ha pesado sobre él esa imputación. Sin embargo, no tardó en publicitar a quien quiso escucharle que todo fue un error y que se trataba de una buena persona. Tanto es así, venía a decir en su descargo, que dedicaba prácticamente su vida a colaborar en la obra religiosa y caritativa que lideraba la controvertida monja.