El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, hilvanó ayer lunes, 29 de enero, un discurso convincente para el empresariado catalán en un acto en la Fundación Bancaria de La Caixa en Barcelona.
Pidió regular la llamada economía colaborativa, defendió diversas propuestas sobre competitividad y emplazó a formar a los jóvenes en mecánica, robótica y otras competencias que serán necesarias para el futuro.
También dio algún titular. "A pesar de algunos, España es una historia de éxito", avisó en la víspera de una desconcertante sesión de investidura en el Parlament de Cataluña.
Salió airoso además de uno de sus caballos de batalla: la regulación eléctrica. Al ser interpelado sobre ello, bromeó de que en alguna ocasión se le ha caracterizado con la hoz y el martillo, pero dio un poderoso argumento a favor de la intervención: ésta, a menudo, también beneficia a las propias compañías.