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El consejero delegado de GSMA ha conseguido algo inaudito en el momento político actual de Cataluña, el compromiso de todas las administraciones de que la edición de 2018 del Mobile World Congress (MWC) irá como la seda y se cerrará superando las cifras del ejercicio anterior. Los partidos de todo signo se han puesto las pilas tras la amenaza de la patronal de la industria móvil en el momento álgido del procés de que en 2019 buscarían otro emplazamiento en el mundo. O, lo que es lo mismo, la economía de Barcelona perdería 465 millones.