El magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha respondido con habilidad a la petición de la Fiscalía de lanzar una euroorden contra Carles Puigdemont durante su estancia en Dinamarca. El reparto de papeles en la judicatura queda así muy claro, con una acusación que no entiende de oportunidades y un tribunal que sí calcula la dimensión política de la propuesta que había llegado a su mesa.

Y lo deja para otro momento; quizá cuando el Parlament ya haya elegido al nuevo presidente de la Generalitat.