Haber ganado alguna batalla jurídica a Juan Luis Cebrián o haber amasado una considerable fortuna no puede ser jamás una patente de corso para evitar la crítica. Eso es lo que parece disgustarle al empresario accionista de Mediapro, Jaume Roures, y habitual tertuliano de los medios catalanes independentistas. De ahí que cuando sus empresas o sus actividades son sometidas a escrutinio público acostumbre a lanzarse en tromba contra los medios de comunicación que hacen del derecho a la información el primero de sus deberes con la ciudadanía.
No le ha salido bien con Crónica Global en su primera arremetida. Hay otras esperando a que los jueces actúen. El primero de ellos ha absuelto a esta publicación y le ha condenado a pagar las costas del juicio. Nada que no pueda asumir económicamente, pero que seguro le cuesta más en el plano ético y moral.