Dicen que los deportistas no piensan en el dinero, sino que lo ganan. Y si de Roger Federer se tratase, vista su trayectoria deportiva, está más que justificado. Pero por todo lo que mueve el negocio del tenis y, en concreto, este mes de octubre, el dinero asiático, está claro que la mayoría de los tenistas han ligado su patrimonio a la fórmula de jugar y cobrar.
No solo ingresan dinero por partido, sino también por llevar un reloj, lucir un polo, calzar unas bambas o, incluso, montar un torneo. Como así fue el campeonato amistoso Laver Cup que organizó el tenista suizo la semana pasada, donde los ganadores se llevaron la friolera de 250.000 euros. Muchos euros más que por algún torneo de la ATP.