Por capricho del calendario, embarazosa puede ser la valiente postura de Curro Espinós de Pascual, presidente del Real Club de Polo desde enero de 2016, al llevar adelante el tercer evento deportivo de Barcelona que más negocio mueve. Un riesgo al coincidir el Concurso de Saltos Internacional que se celebra en su club con el posible referéndum del 1-O, algo que nada ni nadie ha podido cambiar.
Después de tantas ediciones celebradas, se entiende que la prueba deportiva más antigua de España, con 106 años, no tiene porqué depender de factores ajenos al deporte. Pero visto el vértigo que está tomando la situación política, estaría bien que el rostro humano de este campeonato, nieto, hijo y padre de socios del club, que con buen mando está popularizando el elitista concurso, tenga presente quizá que en televisión se proyecte una imagen distinta a la realidad en miles de espectadores. Es lo que pasa cuando la política se mezcla con el deporte.