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La familia Carulla es una de las que está sufriendo el boicot por motivos políticos relacionados con el procés. La damnificada es su marca Gallina Blanca. No debe ser fácil para Artur Carulla capitanear semejante carta marina.
Pero tan denunciable es la campaña aparecida contra sus negocios como clara su implicación en el divisor proceso independentista, hasta el punto que ha dado apoyo económico y difusión a las tesis nacionalistas: los Carulla son unos de los dueños del diario Ara.