Carles Puigdemont ha ejercido de traductor del tuit de Ada Colau en el que la alcaldesa garantiza que los barceloneses podrán votar el 1-O y lo ha hecho a través de otro tuit. El compadreo ha dado pie a creer como buena la explicación de un pacto de no agresión.

Pero al margen de esas alambicadas formas de hacer política, ¿no se merecen los ciudadanos de Barcelona una información clara de qué va a hacer su ayuntamiento el día del referéndum ilegal?