La concentración independentista organizada en la Diada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), presidida por Jordi Sánchez, fue masiva, pero no alcanzó la espectacularidad de otros años. Sánchez demostró un año más la capacidad de convocatoria, pero como orador, pecó de sectarismo al señalar con nombres y apellidos a los políticos que rechazan la independencia.